sábado, 23 de julio de 2011

Artículos escritos para Crazyminds

  Como habréis podido comprobar, estas primeras semanas de verano he tenido el blog un tanto parado, no así la escritura de artículos y es que he estado colaborando con una web sobre música en la nueva sección de cine que han decidido hacer un artículo recopilatorio de lo que he escrito para Crazyminds por si os parece interesante. En cualquier caso en breve estaré de nuevo más activo en CinemaSioner con nuevas curiosidades. Aquí os dejo los artículos, que van desde monográficos a críticas:

Como cada año, el Festival de Cine de Cannes exhibió gran parte de las películas que más darán que hablar en cuanto lleguen a las salas. Este año la cosecha ha sido más internacional que nunca, y es que incluso el cine independiente norteamericano se ha nutrido de directores foráneos para sus producciones pero también un nueva horda de cineastas de todas partes con suculentas nuevas ideas cinematográficas.
Ejemplos de esta tendencia son el danés Nicolas Winding Refn (Drive) o el italiano Paolo Sorrentino (This Must Be The Place). En el primer caso, el premio a mejor director en el citado festival de Cannes asegura una buena cantidad de premios en meses venideros y, puesto que se trata de una producción estadounidense, está en una posición privilegiada de cara a los Óscar. Su premisa es sencilla; un especialista de Hollywood (Ryan Gosling) se ofrece como conductor de huidas para atracadores de bancos. Al parecer, las reacciones de quienes la han visto son entusiastas y resaltan el buen dominio del tempo, lo que la convierte en una de las cintas más esperadas de este año.  SEGUIR LEYENDO...


 Cada vez que un cineasta se pone a la tarea de adaptar un best seller de la literatura siempre surgen las típicas opiniones enfrentadas y normalmente la balanza acaba decantándose a favor del libro. Sin embargo, cuando la adaptación la hace un autor como el franco-vietnamita Tran Anh Hung, hay que recalcar los matices. La novela de la que parte, titulada en España como Tokyo blues cuyo nombre internacional es Norwegian Wood en referencia a una canción de los Beatles, es una obra semi-autobiográfica en la que un hombre recuerda su juventud a través de sus primeros amores, las revueltas estudiantiles en las que permaneció impasible o la pérdida de la inocencia.
 Quien conozca la obra Anh Hungpensará que esta historia le viene como anillo al dedo, pues se trata de uno de los más importantes cineastas de su generación que sin apenas diálogos consigue momentos cargados de semiótica y belleza. No hay más que revisar ese retrato de la violencia que es Cyclo, ganadora del León de oro en Venecia, o su poética ópera prima El olor de la papaya verde. Sin embargo, la adaptación cinematográfica tiene como principal problema el que precisamente es uno de los puntos claves del libro y algo que el cineasta domina a la perfección; los detalles. Tran Anh Hung se deja llevar por su gusto estético y sonoro prestando menos atención a la estructura y la historia. SEGUIR LEYENDO...

A menudo sucede que importantes películas que esperamos con ansia nunca llegan a nuestras fronteras. El problema, principalmente, suele ser el escaso margen de riesgo de la mayoría de distribuidoras, que adquieren los derechos de las producciones de las grandes majors, dejando aquellas películas independientes, arriesgadas o sin estrellas a distribuidoras de menor peso que en el mejor de los casos acabarán editando dichas obras en formato doméstico.
Casos hay miles, pero he recopilado unos cuantos que a mi parecer son bastante llamativos e incluso hay directores cuyas obras siguen siendo en su mayoría inéditas en España, tal es el caso de Guy Maddin (del que el festival de Toronto declaró el mejor cineasta de la pasada década), Brillante Mendoza o Hong Sang-soo.
Aquí va una pequeña muestra de películas independientes de última hornada que, probablementejamás serán distribuidas en España; Fido (Andrew Currie, 2006), una irónica comedia sobre zombies protagonizada por Carrie Ann Moss (The Matrix, Memento) que recibió grandes aplausos en todos los festivales por los que pasó y doy fe que merece un estreno en condiciones en salas, sobre todo echando un ojo a la cartelera veraniega. SEGUIR LEYENDO...

La premisa de esta película argentina, que cuenta con toda clase de premios internacionales, es sencilla. Un conflicto vecinal generado a raíz de una ventana, la que el vecino Daniel Araoz decide abrir en su casa para poder tener luz, el problema es que dicha ventana da directamente a la casa de Leonardo (Rafael Spregelbuld), afamado diseñador que vive nada menos que en una casa diseñada por Le Corbussier, hermosa y funcional pero con algunos problemas de seguridad.
No hace falta decir que la ventana es una excusa de la que se sirven los directores para desarrollar la relación entre ambos vecinos, que por momentos llega a ser del arquetipo “hombre rico, hombre pobre”. Es aquí donde se crea el mayor suspense y la película funciona mejor; en esa sensación de peligro cotidiano, muy al estilo de Michael Haneke, en el que las acciones del vecino “pobre” parecen imprevisibles y que además reflejan la lucha de clases desde el lugar más básico; sus casas. Sin embargo, no nos engañemos, esta amenaza no es más que otra cortina de humo que sirve al verdadero interés del guión; mostrar las cualidades morales de uno y otro. De esta manera, uno sabe a mitad de film por dónde va a seguir la película, que se esfuerza en destacar cada vez más la apariencia soez y sucia del vecino pero reforzando su moralidad mientras mina la del protagonista Leonardo, aparentemente impecable al inicio de la cinta. Es aquí donde surge el otro problema de la producción, y es que el guionista fuerza las situaciones en muchos puntos, especialmente en las relaciones familiares y algunas escenas no acaban de tener la fuerza suficiente, dejando a ratos un relato anodino y poco interesante ya que durante gran parte del film casi toda su fijación es el conflicto de la familia desestructurada, que sin embargo sólo es capaz de ver como su mayor amenaza que les vean a través de una ventana. SEGUIR LEYENDO...

 Eso es todo por el momento, espero que os gusten estos artículos fuera de CinemaSioner. Repito que no tiene nada que ver con el blog y que seguiré actualizando este con más periocidad. Muchas gracias ;)

miércoles, 13 de julio de 2011

Películas "únicas" de vampiros

 Aunque no soy muy seguidor del cine de vampiros actual, que incluso por momentos me repugna desde que tuve la ocasión de ver "Luna nueva", de lo más absurda, aburrida, arrítmica y puritana que he visto nunca. ¿cómo puede "Crepúsculo" ser un fenómeno fan?. Lo único que saqué en claro es la falsa moral que tienen los estudios para vender a las niñas la importancia de que no "te muerdan" hasta el matrimonio mientras se deleitan con el torso desnudo del hombre lobo (depilado al raso, por supuesto).

 Pero en este artículo no pretendo dar protagonismo a esa inefable saga, sino dar "voz" a películas de vampiros que van en otra onda, lejos de modas y superficialidades, y que además tienen su propia personalidad y fuerza por si misma. Es por ello que no citaré películas imprescindibles como la mayoría de Dráculas (desde el de Browning a Coppola pasando por el de Fisher) ni películas en exceso conocidas (Nosferatu, Entrevista con el vampiro, Noche de miedo, Déjame entrar...). Esto va de otra cosa, de ese "otro" cine de vampiros que me lleva hipnotizando desde hace años, e incluso me llevó a rodar con algunos amigos un corto-documental cercano en la forma y el fondo del que hablaré algún día.

 -The Addiction (Abel Ferrara, 1995)


A mediados de los 90, Abel Ferrara decidió llevar el subgénero vampírico más allá. El paisaje urbano que recrea en esta curiosa película es bastante amplio; desde las peligrosas calles del Bronx neoyorkino a la aparente tranquilidad de un apartamento burgués o los pasillos de una inquietante universidad. A pesar de la modernidad que destila, la fotografía opta por el blanco y negro, dotando al producto de un acabado casi "de contrabando" que funciona muy bien a la historia. 
 En general, fue de las primeras películas que además de sexualizar al vampiro se trata su problema como una metáfora de las drogas, así esa relación que se establece entre ambas temáticas funciona a la perfección. No hay duda que es pretenciosa y, dentro de su pretendida fealdad, resulta preciosista, pero cuenta con unos diálogos y unas escenas de reflexión sobre los vampiros muy interesantes desde el punto de vista filosófico y vital. Muy recomendable.

 El momento: La fiesta casi al final de la película, todo espectador la recordará.

-Drácula: pages from a virgins diary (Guy Maddin, 2002)


 No es la primera vez que reivindico una película de Maddin, sin duda, uno de los directores que más me apasionan. Tampoco es la primera vez que comento esta película, ya la incluí en la lista de mejores películas de 2001. En si, esta versión muda en ballet de Drácula es de lo más refinada, sensible y a la vez siniestramente hermosa. Con una delicada puesta en escena, que simula, como casi todas las obras de Maddin, la textura del cine pre-sonoro, se nos cuenta la misma historia del famoso vampiro de una forma única y delicada, con fuerzas visuales actuales y una estructura que se rompe en colores según el relato lo va necesitando. La rareza llega a tal extremo que el actor que encarna al conde es chino, lo que no supone un handicap negativo, sino que incluso dota al relato de una fuerza aún más potente de cara al espectador.

 Absolutamente todo; la música, la puesta en escena, los intertítulos y la estructura están cuidados al detalle y con mimo. Como curiosidad, comentar que se centra en la historia de Lucy y no la de Mina, como casi todas las versiones de Drácula. Ganó a mejor película en el festival de Sitges.

El momento: El baile en el cementerio.

-La sombra del vampiro (E.Elias Merhige, 2000)


 "La sombra del vampiro" surge de la leyenda en torno a Max Schrek, el "actor" que dio vida al conde Orlock en la mítica "Nosferatu" (Murnau, 1922), nunca se supo la procedencia de este actor y debido a su brutal y sobrecogedora interpretación, unido a que su apellido, en hebreo significa "grito", dio pie a muchas leyendas. Esta película, estrenada en el año 2000 recoge la historia del rodaje de Nosferatu y la tesis de que Shreck, del que nunca más se supo, pudiera ser un chupasangre. Aunque a nivel cinematográfico no ofrece nada nuevo y es un poco repetitiva, recomiendo verla a todo fanático como yo del expresionismo y del cine dentro del cine. Por desgracia, no se supo trasladar el esoterismo de Nosferatu al ambiente que se respira en esta cinta, una pena.
 La película fue conocida, sobre todo, gracias a la nominación al óscar como mejor actor secundario a Willem Dafoe encarnando a Max Schrek en un ejemplo de mímesis gestual y maquillaje perfecto.

El momento: Max Schrek mordiendo sin parar a una víctima después de acabar la toma.

-El Circo de los vampiros (Robert Young, 1972)


 Cuando escribí el artículo sobre la Hammer films hace un año hablé sobre algunas de mis películas favoritas de la productora, pensando siempre en continuarlo con un segundo e incluso tercer artículo que escribiré pronto. Una de las rarezas que me llevan a hacerlo es mi pasión por su cine de vampiros que ni es clásico ni moderno, que es sexual pero desde la sutileza, en definitiva, que tiene algo de especial. Una de las que más me han llamado la atención es "El circo de los vampiros", sobre un extraño circo de bestias de todo tipo que llega a una población rural del siglo XVII causando inexplicables muertes con una bonita historia de amor soterrada en medio. Se intentó hace dos años dar algo de actualidad fundiendo esta sinopsis con la de Harry Potter en la nefasta "El circo de los extraños" (2009). Por suerte, esta producción de la Hammer no tiene nada que ver y supone uno de los títulos más extravagantes aunque algo irregular de la productora. Lo recomiendo.

 El momento: La persecución de la pantera por el bosque.

-Nadja (Michael Almeyda, 1994)



 Y con "Nadja" cerramos el círculo abierto con "The addiction". Quizás ésta sea la más extravagante y rara de toda la lista, aunque faltaría, según los puristas, "La hambruna" (1983) que todavía no he podido ver pero que comparte raíces underground con estas dos propuestas recién mencionadas. Producida por David Lynch, que también interpreta un pequeño papel, es una cinta decididamente intelectual, que utiliza el tema vampírico para hablar en clave de subtexto. Así, sobre la imagen, en blanco y negro, aparecen numerosas reflexiones sobre la sociedad actual (o más bien de finales de los 90) en cuanto al uso de drogas, enfermedades, necesidades etc, siendo la de los vampiros una metáfora del desajuste moral y social del fin del milenio. La protagonista, que recuerda en cierto aspectos a la personificación de la muerte en la gran "El séptimo sello" (1957) es una vampiresa que tiene como intención un nuevo comienzo y reunir a la familia. Destacar también que algunas escenas, las de los ataques, fueron rodadas con una cámara de juguete Fisher-Price.

El momento: El plano secuencia de la vampiresa caminando con la música de Portishead de fondo.