martes, 21 de junio de 2011

Enter the void (Gaspar Noe, 2009): La pesadilla cinematográfica



Sinopsis: "Óscar y su hermana malviven en Tokio con empleos poco recomendables. Un día, Óscar es asesinado, entonces su alma saldrá de su cuerpo para cumplir la promesa de proteger a su hermana."

 Hace tiempo que tuve la ocasión de ver esta película, "Enter the void", del argentino afincado en Francia Gaspar Noé, director de la polémica "Irreversible" (2002), sin embargo, no sabía por dónde empezar, porque la propuesta que nos presenta es a ratos tan anti-cinematográfica que no se atañe a ninguna costura previa. Ya el título deja claras las intenciones iniciales "Entrar al vacío", un vacío existencial que nos llevará a deambular por las tétricas calles de una expresionista ciudad de Tokio. Y no es algo gratuito, todo el film está rodado en primera persona, es decir, desde la mirada del protagonista, al estilo de "La dama del lago", aquella extraña cinta de cine clásico cuyo única perspectiva era la subjetiva del protagonista. En "Enter the void" esto se lleva al extremo, y durante los primeros veinte minutos seremos testigos incluso de los parpadeos o las sensaciones psicotrópicas que las drogas causan a Óscar. Pero será a partir de la muerte de Óscar cuando dejemos de "hacer pie" en este mundo y la cámara flotará a lo largo de las restantes dos horas de película en torno a los protagonistas, a menudo en perspectiva cenital, otras veces justo detrás del propio protagonista que se recuerda a si mismo en flashbacks y una gran variedad de recursos inauditos en el cine que normalmente resuelve con mucha elegancia visual.

Nirvana y psicodelia

 Gaspar Noé ganó el premio a la mejor fotografía en el festival de Sitges de 2009  y compitió en la sección oficial del festival de Cannes ese mismo año, donde dejó al público asistente atónito y obtuvo un premio especial a la labor de fotografía, que ya os digo, es lo mejor de la cinta, un absoluto alarde de técnica, conocimiento del campo de rodaje y sobre todo de planificación. Todo ello para darnos la impresión de una vista omnisciente, una perspectiva que lo ve todo, y aunque sólo sea por esta experimentación ya merece la pena darle un visionado.

 En este aspecto, el de la fotografía, hay que incidir en el exceso que hace de la iluminación de neón característica de Tokio, y es que en ocasiones esta película será una verdadera pesadilla para un epiléptico; la enorme saturación de focos de luces y cortes rápidos del montaje os van a dejar completamente idos. Quedáis advertidos.

 Una de las cosas más interesantes que presenta la cinta es la relación entre contenido y la forma. En realidad, el argumento versa sobre la reencarnación y la necesidad de acabar los objetivos de la vida (en este caso, proteger a su hermana, interpretada por la actriz de origen español Paz de la Huerta (Boardwalk empire). Esta creencia espiritual y budista se funde a la perfección con la forma en que está  rodada la película, aunque en ocasiones Noé se muestra algo reiterativo con una serie de flashbacks sobre la trágica infancia de los hermanos o se recrea en exceso en esos viajes omniscientes que recorren la ciudad, todo ello rodeado de un ambiente opresor y pesadillesco que en ocasiones se torna demasiado tétrico y acaba cansando, ya que desorienta y marea, lo que sin duda se proponía. Aunque lo más radical son sin duda los últimos veinte minutos de los que no voy a comentar nada para no estropear el "explícito" final.

 En definitiva es un drama único y que recomiendo encarecidamente ver si se arma uno de paciencia y ganas de experimentar, pues no olvidemos que se trata de una película que no se atiene a ninguna norma y muy especial ya incluso desde sus títulos de crédito, que recomiendo encarecidamente, a pesar de ello no puedo evitar sentir un halo de grandiosidad exagerada por parte de su autor que creo, acaba jugando una mala pasada a la película. Noé debe tener un ego del tamaño de Tokio y en mi opinión podía haberlo ocultado más sutilmente en el resultado final.

 En cualquier caso, si no tenéis tiempo de experimentar durante dos horas y media del film aquí os dejo el trailer, para que os hagáis una idea de lo que os vais a encontrar. Decir también que "Enter the void" me entusiasmó por todo lo que aporta desde lo visual al lenguaje y la forma de entender la película, a pesar de la escasa calificación que la otorgo y que en ocasiones me resultase insoportable de acabar (será que me estoy volviendo viejo).

Calificación: 2 / 5





Otros análisis de "Enter the void":

jueves, 16 de junio de 2011

Miral (Julian Schnabel, 2010): Sin prejuicios en Jerusalén


Sinopsis: "Tras la creación del estado de Israel en 1948, Hind Hussein (Hiam Abbass) crea un orfanato para niños palestinos. Ya en los 60 llega ahí Miral (Freida Pinto), una joven que se verá sumida por sus ideales en la entifada contra Israel."

 Cada vez que una película toca un tema tan delicado como el conflicto palestino-israelí, siempre tiende a posicionarse a un lado u otro, creando prejuicios incluso sin pretenderlo. Creo que el punto de partida de "Miral", el último film de Julian Schnabel, artísta y director de cine con películas tan brillantes como "Antes que anochezca" y "La escafandra y la mariposa", es un triple salto mortal que intenta narrar la historia de Israel desde su nacimiento en 1948 hasta 1994 con una resolución de las naciones unidas que es el único punto en que el cineasta se posiciona. Todo lo demás supone un intento de entender las dos partes implicadas desde el dolor y el sufrimiento. 

 A pesar de ello, la película ha sentado muy mal entre la comunidad judía y está siendo toda una pesadilla de cara a la distribución para Harvey Weinstein, productor de la cinta, quien admite que la película es demasiado "pro-palestina" para la audiencia norteamericana. A pesar de las declaraciones de Weinstein y de las protestas de distintos sectores judíos, creo que la película no es en absoluto anti-semita, sino todo lo contrario, juzga ciertos tipos de actos pero a su vez reivindica una solución pro-israelita, quizás el problema está en que no sitúa buenos y malos claramente sino que intercambia los roles de "víctimas y verdugos" de unos a otros, lo que no habrá sentado nada bien entre quienes se obcecan en defender una sóla de las posturas, tanto de un lado como de otro.  Nada de esto parecen haber visto los distribuidores y la MPAA (la agencia de calificaciones por edades estadounidense) que sorprendentemente la otorgó una "R" (mayores de 18 años), lo que supone fracasar comercialmente en taquilla. Algo que se entendería si tuviera alguna escena tórrida o con sangre, pero es que no hay ni lo uno ni lo otro, más que un par de escenas de acción nada fuertes.

  El film está basado en la autobiografía de Rula Jebreal, actual esposa de Schabel, de origen palestino y que es a su vez la verdadera "Miral" que la película retrata. Lo verdaderamente interesante es la capacidad de Schnabel (de padres judíos) para entender, como ya he comentado, ambas facciones y sus motivaciones sin por ello caer en el antisemitismo ni ser un alegato de Palestina. Incluso la hija de Schnabel tiene un papel en que interpreta a una judía sin prejuicios que hace replantearse a Miral sus acciones. Es por ello que, salvo que se sea muy extremista, uno consigue entender ambas posturas y acercarlas a un término medio. A pesar de todo es quizás ahí donde fracase en su recta final, en su posicionamiento respecto a una solución demasiado simplificada que resta imparcialidad e interés a toda la propuesta.

 Otro de los problemas de la película está en el ritmo; Durante los primeros 40 minutos seguimos el devenir de varias mujeres palestinas odiadas por la población sionista que a su vez genera un odio que las lleva a ser terroristas con un montaje dinámico y veloz, pero que parece no conducir a ningún sitio hasta que aparece la susodicha Miral, un inicio en el que se nos van mostrando mujeres palestinas y su conversión en terroristas que como pasajes individuales funcionan bastante bien pero integrados en la película fallan. Es esta también una fase donde creo que se pueden malinterpretar posturas y que supongo, más habrá enfadado a los sectores conservadores estadounidenses, por mostrar los rostros de estas terroristas, por hacerlas en cierto modo humanas. Es una lástima que estos espectadores no hayan sabido leer el mensaje final de una película que tiene mucho que decir aunque se la intente acallar.

 En otro orden de cosas cabe destacar la horrenda caracterización de Hiam Abbass como anciana, todo un despropósito de verosimilitud que provocó casi más comentarios cuando se pudo ver la cinta en el festival de Venecia 2010 que la propia película. La película también cuenta con las interpretaciones en papeles menores de Willem Dafoe, Alexander Siddig y Vanessa Redgrave. Esperemos que al menos esto pese a la hora de distribuirla a nivel internacional, de hecho el trailer es mucho más parcial que la película. 

Calificación: 3 / 5


jueves, 9 de junio de 2011

La magia del montaje y el socio invisible del cinematógrafo

Sergei Einsenstein en el proceso de montaje de "Octubre" 1927
 La base del cine tal y como lo conocemos es el montaje de imágenes y sonidos. Tal contundente afirmación es hoy por hoy respetada por todo el mundo, espectadores y narradores. Sin embargo, el ejercicio de montador de cine sigue siendo una labor invisible y pocas veces recompensada al mismo nivel que el de otras facetas, incluida la fotografía, mucho más plástica y obvia en un principio. A pesar de todo, una película no es más que el resultado final del montaje. Esta afirmación, algo vaga y quizás demasiado simplista, nos muestra una realidad mucho más compleja; que el significado de la película, el fondo y la forma o la interpretación final de los actores queda relegada en el montaje final.

 Los tiempos han cambiado y las formas de hacer cine también, sin embargo me llama poderosamente la atención el hecho de que la teoría va por delante de la técnica en el apartado de edición, es decir, que la tecnología sólo ha facilitado las cosas a los montadores, a diferencia de otras áreas como la dirección de fotografía, sonido o la infografía digital, el producto final del montador sigue unas pautas independientes de la técnica, puesto que la teoría prima por delante (esa base que el director y el montador introducen en la película de distintas maneras como por ejemplo rompiendo las reglas del montaje, véase "Pulp Fiction). Es algo muy parecido a la interpretación de los actores; las modas interpretativas cambian, en los 60 las actuaciones eran menos sutiles para que el público entendiera rápidamente lo que sucedía ante sus ojos, y del mismo modo las reglas de edición cambian según modas o autores. Walter Murch, mítico montador de Coppola en "Apocalypse now" o de Anthony Minghella en "El Paciente inglés" lo explica a la perfección:

 "Después de hacer la transición a la edición "electrónica" y de empezar a trabajar con Avid en 1995, quise averiguar si había diferencia entre mi estilo analógico y mi estilo digital. No la había: de hecho, me sorprendió ver lo actuales que parecían mis primeras películas. Hoy tomaría las mismas decisiones de montaje."
   -Extraído del libro "El arte del montaje: una conversación entre Walter Murch y Michael Ondaatje"

 Asimismo, puesto que estos días estoy realizando un curso sobre montaje en cine, he querido mostraros un interesantísimo documental sobre este oficio invisible, que narra con precisión el poder del corte en el arte cinematográfico y su relación con el espectador y la importancia de la reconstrucción del relato por parte de éste. Tanto desde una perspectiva histórica como epistemológica del montaje.