miércoles, 13 de julio de 2011

Películas "únicas" de vampiros

 Aunque no soy muy seguidor del cine de vampiros actual, que incluso por momentos me repugna desde que tuve la ocasión de ver "Luna nueva", de lo más absurda, aburrida, arrítmica y puritana que he visto nunca. ¿cómo puede "Crepúsculo" ser un fenómeno fan?. Lo único que saqué en claro es la falsa moral que tienen los estudios para vender a las niñas la importancia de que no "te muerdan" hasta el matrimonio mientras se deleitan con el torso desnudo del hombre lobo (depilado al raso, por supuesto).

 Pero en este artículo no pretendo dar protagonismo a esa inefable saga, sino dar "voz" a películas de vampiros que van en otra onda, lejos de modas y superficialidades, y que además tienen su propia personalidad y fuerza por si misma. Es por ello que no citaré películas imprescindibles como la mayoría de Dráculas (desde el de Browning a Coppola pasando por el de Fisher) ni películas en exceso conocidas (Nosferatu, Entrevista con el vampiro, Noche de miedo, Déjame entrar...). Esto va de otra cosa, de ese "otro" cine de vampiros que me lleva hipnotizando desde hace años, e incluso me llevó a rodar con algunos amigos un corto-documental cercano en la forma y el fondo del que hablaré algún día.

 -The Addiction (Abel Ferrara, 1995)


A mediados de los 90, Abel Ferrara decidió llevar el subgénero vampírico más allá. El paisaje urbano que recrea en esta curiosa película es bastante amplio; desde las peligrosas calles del Bronx neoyorkino a la aparente tranquilidad de un apartamento burgués o los pasillos de una inquietante universidad. A pesar de la modernidad que destila, la fotografía opta por el blanco y negro, dotando al producto de un acabado casi "de contrabando" que funciona muy bien a la historia. 
 En general, fue de las primeras películas que además de sexualizar al vampiro se trata su problema como una metáfora de las drogas, así esa relación que se establece entre ambas temáticas funciona a la perfección. No hay duda que es pretenciosa y, dentro de su pretendida fealdad, resulta preciosista, pero cuenta con unos diálogos y unas escenas de reflexión sobre los vampiros muy interesantes desde el punto de vista filosófico y vital. Muy recomendable.

 El momento: La fiesta casi al final de la película, todo espectador la recordará.

-Drácula: pages from a virgins diary (Guy Maddin, 2002)


 No es la primera vez que reivindico una película de Maddin, sin duda, uno de los directores que más me apasionan. Tampoco es la primera vez que comento esta película, ya la incluí en la lista de mejores películas de 2001. En si, esta versión muda en ballet de Drácula es de lo más refinada, sensible y a la vez siniestramente hermosa. Con una delicada puesta en escena, que simula, como casi todas las obras de Maddin, la textura del cine pre-sonoro, se nos cuenta la misma historia del famoso vampiro de una forma única y delicada, con fuerzas visuales actuales y una estructura que se rompe en colores según el relato lo va necesitando. La rareza llega a tal extremo que el actor que encarna al conde es chino, lo que no supone un handicap negativo, sino que incluso dota al relato de una fuerza aún más potente de cara al espectador.

 Absolutamente todo; la música, la puesta en escena, los intertítulos y la estructura están cuidados al detalle y con mimo. Como curiosidad, comentar que se centra en la historia de Lucy y no la de Mina, como casi todas las versiones de Drácula. Ganó a mejor película en el festival de Sitges.

El momento: El baile en el cementerio.

-La sombra del vampiro (E.Elias Merhige, 2000)


 "La sombra del vampiro" surge de la leyenda en torno a Max Schrek, el "actor" que dio vida al conde Orlock en la mítica "Nosferatu" (Murnau, 1922), nunca se supo la procedencia de este actor y debido a su brutal y sobrecogedora interpretación, unido a que su apellido, en hebreo significa "grito", dio pie a muchas leyendas. Esta película, estrenada en el año 2000 recoge la historia del rodaje de Nosferatu y la tesis de que Shreck, del que nunca más se supo, pudiera ser un chupasangre. Aunque a nivel cinematográfico no ofrece nada nuevo y es un poco repetitiva, recomiendo verla a todo fanático como yo del expresionismo y del cine dentro del cine. Por desgracia, no se supo trasladar el esoterismo de Nosferatu al ambiente que se respira en esta cinta, una pena.
 La película fue conocida, sobre todo, gracias a la nominación al óscar como mejor actor secundario a Willem Dafoe encarnando a Max Schrek en un ejemplo de mímesis gestual y maquillaje perfecto.

El momento: Max Schrek mordiendo sin parar a una víctima después de acabar la toma.

-El Circo de los vampiros (Robert Young, 1972)


 Cuando escribí el artículo sobre la Hammer films hace un año hablé sobre algunas de mis películas favoritas de la productora, pensando siempre en continuarlo con un segundo e incluso tercer artículo que escribiré pronto. Una de las rarezas que me llevan a hacerlo es mi pasión por su cine de vampiros que ni es clásico ni moderno, que es sexual pero desde la sutileza, en definitiva, que tiene algo de especial. Una de las que más me han llamado la atención es "El circo de los vampiros", sobre un extraño circo de bestias de todo tipo que llega a una población rural del siglo XVII causando inexplicables muertes con una bonita historia de amor soterrada en medio. Se intentó hace dos años dar algo de actualidad fundiendo esta sinopsis con la de Harry Potter en la nefasta "El circo de los extraños" (2009). Por suerte, esta producción de la Hammer no tiene nada que ver y supone uno de los títulos más extravagantes aunque algo irregular de la productora. Lo recomiendo.

 El momento: La persecución de la pantera por el bosque.

-Nadja (Michael Almeyda, 1994)



 Y con "Nadja" cerramos el círculo abierto con "The addiction". Quizás ésta sea la más extravagante y rara de toda la lista, aunque faltaría, según los puristas, "La hambruna" (1983) que todavía no he podido ver pero que comparte raíces underground con estas dos propuestas recién mencionadas. Producida por David Lynch, que también interpreta un pequeño papel, es una cinta decididamente intelectual, que utiliza el tema vampírico para hablar en clave de subtexto. Así, sobre la imagen, en blanco y negro, aparecen numerosas reflexiones sobre la sociedad actual (o más bien de finales de los 90) en cuanto al uso de drogas, enfermedades, necesidades etc, siendo la de los vampiros una metáfora del desajuste moral y social del fin del milenio. La protagonista, que recuerda en cierto aspectos a la personificación de la muerte en la gran "El séptimo sello" (1957) es una vampiresa que tiene como intención un nuevo comienzo y reunir a la familia. Destacar también que algunas escenas, las de los ataques, fueron rodadas con una cámara de juguete Fisher-Price.

El momento: El plano secuencia de la vampiresa caminando con la música de Portishead de fondo.

2 comentarios:

  1. Angel, me ha gustado mucho tu referencia al cine de la Hammer de vampiros, lo has descrito a la perfección en un par de frases: "...ni es clásico ni moderno, que es sexual pero desde la sutileza,..."
    Considero que todo buen cine de terror vampírico, debe de una o de otra forma, recurrir, o bien a la deformación de planos, formas y figuras -sin tener que abusar de ello tampoco-, o bien aplicar el blanco y negro -yo personalmente núnca recurriría al color, pues contrariamente a lo pretendido, le quita poder de expresión para dicha temática-. El blanco y el negro, y toda la infinita variedad de matices y tonalidades de gris, son reflejo de la infinita gama de sentimientos y contrariedades que alberga el alma humana, con sus luces y sus sombras, a parte de la simbólica lucha entre el bien y el mal que representan.
    Por otro lado la distorsión de la realidad que transmiten las formas y planos deformados, también son un fiel reflejo, de la alteración de la realidad que uno experimenta cuando entra en contacto con ese otro lado, o traspasa la frontera.
    Por todo ello ningúna película de las que se suele hacer hoy en día logra transmitir lo que en el pasado otras consiguieron con menos medios técnicos. Nosferatu y Christopher Lee me siguen pareciendo difíciles de superar.
    Este tipo de cine actual, cargado de tantos ropajes y tan poco contenido, se parece a un bombón fantásticamente envuelto, con un excelénte envoltorio -a mí, ni ésto me parece-, pero que al llevartelo a la boca, resulta insípido cuando no repugnante. ¡Tanto continente, para tan poco contenido!
    Coincido plenamente con tu impresión sobre la película "La sombra del vampiro". La compré hace un par de meses por dos euros, y tras verla me causó exáctamente los mismos sentimientos que describes.
    Visualmente la de "Nadja", me resulta fascinante. Ni la conocía, pero espero verla alguna vez.
    Creo que si Shelley estuviese entre nosotros, volvería a convocar a Byron y compañía a una nueva reunión nocturna, en la que fraguar nuevos mitos; porque los que crearon, los han sobreexplotado en exceso, y en muchas ocasiones con escaso o nulo gusto.
    Angel, has hecho una buena selección. Me hubiese sorprendido si hubieras metido entre las seleccionadas, la porquería de pelis de vampiros de la innombrable saga. No he visto ninguna, y no sé si las veré alguna vez.
    Para finalizar sólo decirte, que me hubiese gustado comentar el anterior artículo, pero al no haberla visto, no he querido -y casi mejor-, porque hubiese tenido que escribir un libro. Pero muy buenos todos tus post. Tuve problemas con google y no pude comentar nada en uno de ellos, y finalmente desistí. Un saludo, y que sepas que algo de publi te he hecho entre mis amigos.

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  2. Hola Jorge Juan! muchas gracias por tus siempre interesantes comentarios, tienes toda la razón en que los mitos de la literatura del XIX están excesivamente machacados y es una pena, porque parece que nadie inventa nada nuevo.
    Gracias de nuevo y siéntete libre de comentar lo que quieras. Un saludo!

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