lunes, 19 de diciembre de 2011

El secuestro de cineastas por Kim Jong Il para crear una filmografía a su altura

 Hoy, lunes 19 de diciembre de 2011, la televisión norcoreana daba la noticia; su "querido lider" Kim Jong-Il, había muerto durante un viaje en tren. La televisión china realiza varias entrevistas por la calle, o más bien lo intenta ya que entre las vacías calles de Pyongyang apenas pasea nadie y todo aquel que lo hace llora desconsoladamente ante la cámara. Ya en 1994 con la muerte de su padre, Kim Il Song, el régimen estableció un luto de tres días de llanto según el cual si algún ciudadano era visto sin llorar durante ese periodo de tiempo quedaría arrestado por sospecha de traición. Así las cosas, he decidido escribir sobre este curioso hombre, amante del cine, que realizó varias películas a lo largo de su vida, yo apenas he podido ver algo de cine norcoreano actual (de los últimos 40 años) y puedo decir que es simple, vago y aburrido, seguramente sea por el hecho que los cineastas se deben a lo que el régimen quiere transmitir con sus obras, siendo estos meros medios para un fin y claro, al final la calidad del cine es como el de la comida; cuando uno cocina con cariño le sale mejor que cuando tiene que hacerlo sin más remedio.

Cinecracia: El secuestro de Shing Sang Ok para ensalzar el cine norcoreano

 Esta historia comienza en los años 60 con un cineasta de casi cuarenta años rodando las que serán sus grandes obras maestras; el drama medieval "Eunuch" (1968) y un drama romántico "My mother and my guest" (1961), ambas cintas, dirigidas por Shing Sang Ok, junto a otras de otros directores de Corea del sur, atraparán la atención de Kim Jong-Il, por aquel entonces todavía un joven preparándose para suceder a su padre en el trono de su "reino" comunista. El cine surcoreano de esa época (1960-1980) es particularmente genial, especialmente debido a las películas de Shing Sang ok y Kim Ki-Young (The Housemaid, Iodo, entre otras, gran cineasta del que hablaré en profundidad en otra ocasión) que se llevaban premios en todos los festivales e incluso eran invitados a proyecciones internacionales. Mientras, el pobre aspirante a dictador se embelesaba por el cine estadounidense y se enamoraba (y quién no) de los ojos violeta de Elisabeth Taylor, sin embargo, el cine de Corea del Norte era prácticamente inexistente.

 Así, el cinéfilo Kim comenzó a teorizar sobre cine escribiendo varios libros en los que, de manera bastante rudimentaria, exponía que la cinematografía podía servir para algo más que entretener a la audiencia, haciendo hincapié en la fuerza para motivar a la audiencia e infular ideas. La idea de Kim era crear una obra maestra ante los cuales críticos de los principales festivales del mundo como Cannes o Venecia se rindieran ante su evidente superioridad. Pero algo faltaba en ese plan de conquista moral, se requería de alguien con talento. Corría el año 78 y Shing Sang Ok, uno de los más afamados directores de la vecina Corea del sur no estaba pasando por su mejor momento profesional (ya no hacía el gran cine de antes) y personal (se acababa de divorciar de su musa, Choi Eun-Hee).

Choi Eun-Hee y Shing Sang Ok
Así que Jong Il lo tendría fácil, con la excusa de querer realizar una coproducción entre varios países, se invitó a Choi a un encuentro en Hong Kong con los productores de una supuesta película. Ese encuentro nunca se produjo, varios agentes norcoreanos secuestraron con cloroformo a Choi y la llevaron a Pyongyang en secreto. Alertado por la misteriosa desaparición de su ex-esposa, Sang Ok viaja a Hong Kong, donde acaba secuestrado.

 A su llegada a Corea del Norte, Sang Ok viviría los cuatro años posteriores en un campo de reeducación comunista pensando que su ex-mujer está muerta, ya que por aquel entonces los secuestros de ciudadanos surcoreanos y japoneses por parte del régimen norcoreano eran bastante habituales y casi siempre quedaban sin resolver. Por contra, esa vez el régimen les obligó a decir ante las cámaras que se habían exiliado voluntariamente en Corea del Norte, de tal forma que, si por alguna razón escapaban, se les considerasen como enemigos tanto en Corea del sur como Japón u occidente. Finalmente Sang Ok y su mujer se reencontraron en un banquete especial que hizo Kim Jong Il en su palacete. Ambos pensaban que el otro había muerto. Fue entonces cuando Jong Il destapa sus cartas; Sang Ok había sido reeducado y trasladado a Corea del norte para realizar películas de calidad (bajo la batuta en secreto de Jong Il como productor ejecutivo) que encumbrarían al cine norcoreano a un puesto de honor en la historia del cine mientras que Choi, la ex mujer de Sang, sería de nuevo su musa y su esposa. Un cine inseparable del estado, hecho por y para la causa comunista.

Las "obras maestras" de Kim Jong Il:

 Cinematográficamente hablando éste fue un secuestro productivo ya que, durante los ocho años siguientes rodaría siete películas, sin embargo, apenas hay información clara sobre cuáles fueron ya que algunas cintas norcoreanas no tienen "autor" como tal, lo que presupone a Kim Jong Il como alma mater, veámos algunos ejemplos.

 -Pulgasari (Shing Sang Ok, 1985)

 La gran película norcoreana que haría tambalearse al mundo llegaría en 1985 con esta cinta de monstruos gigantes al estilo "Godzilla" pero basada en un cuento tradicional coreano con aportes del propio Jong Il, lo que convierte la película en una bizarrada con propaganda soterrada (aunque es bastante obvia) que simboliza irónicamente la locura de un monstruo que cree que el fin justica los medios (la base de toda dictadura al fin y al cabo), y es que, atención al argumento: "Un monstruo sale de un grano de arroz de un herrero injustamente encarcelado y se convertirá en el salvador junto a los granjeros contra el Rey feudal que los oprime mientras se alimenta de herramientas de hierro."

 Mientras rodaban la película, Sang Ok y Choi planeaban huir a otro país y olvidar el infierno que Jong Il les estaba haciendo pasar. Es curioso leer que muchos críticos piensan que se trata de una película antinuclear, siendo Corea del norte un país poseedor de numerosas cabezas nucleares. A continuación os dejo la película completa con subtítulos en español en Youtube:


 -The Tale of 15 Children (1985)

 Una curiosa cinta que trata de quince niños que huyen de un malvado señor feudal en un bote hacia una isla en la que esperan la salvación, sin embargo naufragan y tienen que sobrevivir como sea del ataque de piratas. Aunque está considerada una de la películas con menos mensaje propagandístico del país, sigue siendo extremadamente naif y obvia en algunos momentos (el momento de los piratas yankis con todos sus "accesorios" tiene delito). 


-Traces of life (Jo Kyong Sun, 1989)

Una historia de amor entre una campesina y un militar naval que se transforma en tragedia cuando un navío estadounidense mata a su marido.

 Mucho más propagandística que las anteriores, hay momentos de escándalo patriotero, en los que se antepone por encima de la vida de las personas el bien de la nación y su lider. En cualquier caso resulta exótica por ser una de las pocas películas que han salido fuera del país.


La huida del país impenetrable

 Durante los meses previos a 1986 Sang Ok y Choi grabaron secretamente conversaciones con el lider, su hijo y otros importantes mandatarios en las que quedaba claro que estaban retenidos contra su voluntad y que habían sido secuestrados en 1978. Unas grabaciones que resultarían imprescindibles ya que, como había comentado antes, se les había obligado a decir que estaban por voluntad propia. Finalmente, en un viaje a Austria promovido por el gobierno y ayudados por un amigo japonés, consiguen dar esquinazo a sus "guardaespaldas" y huir a la embajada norteamericana, donde pedirán asilo político.

 Supongo que esto no debió sentar muy bien al futuro dictador, que se dio cuenta que la pareja no compartía sus ideales socio-políticos. En cuanto a Sang Ok y Choi, vivieron durante años en EEUU esperando poder volver a Corea del sur, que pensaba podrían ser espías. Durante la "etapa americana" Sang Ok continuó la calidad de cintas de su "etapa norcoreana" con "3 ninjas peleones"; una basura de proporciones épicas que nos lleva a pensar dónde se había metido ese cineasta emocionante de los años 60.

 Todavía hoy en Corea del norte no se pueden ver películas extranjeras salvo una excepción, "Quiero ser como Beckham" que se estrenó en televisión en enero de 2011 mutilada en una versión de 50 minutos en lugar de las dos horas que dura, aunque supongo que la situación no mejorará, resulta irónico que un lider cinéfilo que ame y posea en torno a 25.000 películas prohíba a su pueblo verlas. En cuanto a producciones propias, "The Schoolgirls diary" (2006), ideada, como no, por el "querido lider" tuvo supuestamente distribución internacional aunque no he podido encontrarla.

 Irremediablemente hoy se pone fin a una era en la historia de Corea, esperemos que el futuro sea algo más luminoso que hasta ahora y que los argumentos "de película" queden relegados exclusivamente a la sala de cine.

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